Muchos goles se vieron en el partido entre Dipán y Farfán
del pasado sábado. La mayoría, por suerte, cayeron de nuestro lado y el 9 – 4
final, personalmente, lo considero justo. Ambos equipos batallaron en un precioso
intercambio de golpes, cada conjunto con sus armas, pero los nuestros se
mostraron más acertados durante el choque. También resultó determinante que
ellos no contasen con su cancerbero habitual y, por el contrario, Fran se
encontrase especialmente cómodo defendiendo la meta farfanera.
Supimos reponernos a un inicio titubeante. Empezamos muy
fríos y nos lo hicieron pagar con un gol en contra. Paulatinamente fuimos
ganando en confianza y, con ello, también en juego. No tuvimos que esperar
demasiado hasta que apareció Marrufo para establecer el empate. El 2 – 1 fue
obra de Javi y, poco después, llegó la obra maestra de Aguado: una jugada
individual fantástica en la que dribla a dos rivales y realiza un autopase a un
tercero, para terminar definiendo a la perfección en el mano a mano con el portero.
El 3 – 1 cambió la dinámica del encuentro. Dimos un paso
atrás para esperar sus embestidas y poder contragolpear con espacios. Así llegó
el 4 – 1, aprovechando Javo un saque rápido de Fran, quien la puso en el justo sitio
para que el ‘6’ sólo tuviera que superar al guardameta.
El principio de la segunda parte fue muy movido. Al igual
que ocurriera en el partido de ida, el Dipán salió con mucha más hambre y
ambición. Consiguieron arrinconarnos por momentos e hicieron suyo el dominio de
la pelota. Simo ya había transformado un penalti cuando se sucedieron tres goles en contra muy seguidos.
Con el 5 – 4 el partido estaba muy abierto, pero emergió
nuevamente la figura de David para cerrarlo del todo. No contento con
haber hecho un tanto y provocar un penalti, encontró la inspiración y firmó un
auténtico recital en el tramo final del choque. Volvió a marcar por dos veces,
uno de ellos tras jugadón individual, y asistió a Aguado tras sortear a cuantos
rivales trataron de pararle. Todo ello acompañado de un enorme esfuerzo en la
presión y un gran sacrificio en defensa.
Eso sí, no todo fue atacar y marcar goles. Atrás
tuvimos que aplicarnos muchísimo y bregar a destajo para que al Dipán sólo le
quedara como recurso el disparo lejano. Tanto trabajo no habría obtenido
recompensa si Cróket no hubiese parado todo lo que le llegó. Para la galería
quedó una plástica “palomita” con la que consiguió desviar al poste un potente
y ajustado chut.
Todo ello, junto con un gol que se anotó un defensa rival en
propia puerta, dio como resultado tan abultado marcador. Así superamos a un
gran equipo que pasa por momentos difíciles y que, sin ninguna duda, arañará
muchos puntos de aquí a final de temporada.